Hoy quiero escribirte esto para que reflexiones un poco.
Ponle pasión a lo que hagas. Da todo de ti, da lo mejor de ti y hazlo sin pensar en la recompensa por que cuando haces algo con amor, con ganas, con buena intención y sin pensarlo dos veces; ten por seguro que todo lo bueno que has hecho y dado, regresará a ti y tal vez de la manera que menos te lo esperas; pero para esto tienes que abrirte y estar dispuesto a recibir.
A la mayoría nos encanta recibir, pero dar también se siente muy bonito. Dar nos llena el alma, pero también hay personas que solo dan, dan y dan y no se abren a la posibilidad de recibir, hay que recordar que esto es un ciclo: dar para recibir.
No hace falta llevar la cuenta de lo que damos o recibimos, simplemente déjate llevar y haz lo que te nazca en ese momento. Puede que por momentos sientas que estás recibiendo mucho y te empiece a remorder la consciencia, o tal vez al revés, sientes que tu das, das y no recibes. A veces lo que recibimos no es tan obvio, pues no siempre son cosas físicas, pero por eso hay que estar atento y saber interpretar los actos o detalles de otras personas . Recibir puede manifestarse de distintas maneras, a veces recibimos cariño, una sonrisa, palabras de reconocimiento, tiempo con una persona, tiempo para que estés contigo mismo, o tiempo para descansar. Estas cosas no siempre son fáciles de medir, más sin embargo estás recibiendo algo que seguramente te hace sentir feliz o te trae paz y esto también cuenta mucho.
Conecta con tu intuición y confía en que todo llega en su momento y por lo pronto enfócate en mantener la energía en movimiento constante. Busca maneras de dar, ya sea amor, cariño, tiempo, tu compañia, y también comparte esa energía tan bonita que tienes, haz que llegue a muchas personas y así estarás expandiendo las fuentes de las que recibirás.
Anímate a ser parte de ese intercambio de energía positiva que va y viene en el Universo. Y recuerda: da pero también aprende a recibir.